Es curioso ver cómo cada mujer, cada madre, tiene un concepto diferente sobre la dificultad de su maternidad y de otras maternidades. ¿Quién puede poner el baremo para cuantificar como de fácil o de difícil le está resultando maternar a alguien?

Echando la vista atrás, hay quien piensa que nuestras ancestras, nuestras madres y abuelas, lo tuvieron más complicado que nosotras en sus maternidades. Situaciones más precarias, la incorporación de la mujer en el mundo laboral remunerado fuera de casa, la lucha por no perder el terreno ganado en muchos aspectos de su vida y sus libertades, la falta de información a la hora de tomar decisiones…

Cierto es que actualmente disponemos de fácil acceso a información en temas relacionados con la maternidad. Desde el refugio de nuestro hogar, podemos buscar sobre aquello que nos preocupa e informarnos. Y aunque no todo lo que encontramos es correcto o verdadero, también podemos acceder a información muy válida basada en estudios científicos.

Pero; ¿Es sólo información lo que necesitamos para solucionar nuestras inquietudes? ¿Con la información que obtenemos conseguimos ser realmente libres en nuestras decisiones? ¿Somos realmente libres de decidir las madres dentro de la sociedad? ¿Somos más libres que nuestras madre o abuelas para maternar? ¿Cómo es ser madre en los tiempos que corren?

Si la maternidad es fácil o difícil lo dirá cada mujer y sólo es aplicable a su propia historia. Pero lo que sí podemos decir es cómo hace la sociedad que las madres perciban su maternidad. Como las integra o las separa. Cómo las arropa o las deja a su suerte.

En la sociedad en la que vivimos, la maternidad sigue sin ser valorada. Sin ser apoyada. Y es por eso que muchas madres, perfectamente informadas, se sienten solas en sus maternidades. Es por eso por lo que muchas madres a pesar de saberse la teoría, no consiguen hacer encajar las piezas del puzzle que tan bien funcionaba en los libros. Y es por eso por lo que muchas madres se dan cuenta que ser madre en los tiempos que corren no dista tanto de la maternidad en los tiempos pasados.

Somos libres de escoger entre las opciones que una sociedad nos da como aceptables; pecho o biberón, triturados o BWL, estimulación temprana o movimiento libre, pañales de tela o desechables… Y nos generan un sentimiento de libertad, cuando la realidad es que las normas nos la impone la sociedad.

¿Qué decides darle el pecho a tu bebé? ¡Maravilloso! Las 16 semanas que la sociedad remunera tu trabajo cuidando a un bebé, puedes darle todo el pecho que quieras! Luego ya hay que volver a producir dentro del sistema, ya te has divertido suficiente en tus vacaciones pagadas de casi cuatro meses. ¿Entonces qué libertad real tenemos para escoger? ¿Y si en vez de decidir entre usar pañales de tela o desechables decido no ponerle nada? ¿Qué diría la sociedad de mí como madre? ¿Es real contemplar esta opción? ¿Podría sostener como madre ser juzgada por tomar decisiones fuera de las opciones válidas?

La maternidad en los tiempos que corren sigue siendo muy complicada ya que en nuestras entrañas sentimos la opción correcta, pero no siempre recibimos el soporte necesario para llevarlo a cabo. Maternar con libertad muchas veces se debate entre empobrecernos o renunciar. Renunciar a un sueldo si pido una excedencia, renunciar a la ayuda por madre trabajador que el estado te da como premio por volver a ser productiva económicamente, renunciar a una proyección profesional… O por el contrario, renunciar a estar con tu bebé el tiempo que ambos necesitéis.

Queda muchísimo trabajo por hacer en esta sociedad para dar el lugar que corresponde a las madres. Para ofrecerles una libertad real, un apoyo real, un respeto por su labor más allá de la productividad económica. Y mientras conseguimos grandes cambios, me gusta pensar que en cada madre existe una pequeña revolución. Es por ello que los lugares en los que las madres se dan soporte, se escuchan, se validan, se honran, son motores de cambio. Se prenden pequeñas llamas en su interior para reivindicar sus maternidades.

¿Cómo es para ti la maternidad en los tiempos que corren? ¿Cuál ha sido tu pequeña gran revolución?